LEWIS CARROLL (Charles Lutwidge Dodgson), escritor matemático inglés. Nacido en
Daresbury, en 1832; muerto en Guildford, en 1898. Autor de: Alice's Adventures in
Wonderland (1865); Through the Looking-Glass (1871); Phantasmagoria (1876); Curiosa
Mathematica (1888-93); Sylvie and Bruno (1889); Symbolic Logic (1896).
EL SUEÑO DEL REY
—Ahora está soñando. ¿Con quién sueña? ¿Lo sabes?
—Nadie lo sabe.
—Sueña contigo. Y si dejara de soñar, ¿qué sería de ti?
—No lo sé.
—Desaparecerías. Eres una figura de su sueño. Si se despertara ese Rey te apagarías como una vela.
De Through the Looking-Glass (1871), de LEWIS CARROLL.
Cuento tomado de
“Antología
de la literatura
fantástica”
Compilación efectuada por Jorge Luis Borges
Silvina Ocampo
Adolfo Bioy Casares
Título: Inception
Dirección: Christopher Nolan
Producción: Christopher Nolan, Emma Thomas
Guión: Christopher Nolan
Música: Hans Zimmer
Fotografía: Wally Pfister
Montage: Lee Smith
Reparto: Leonardo DiCaprio, Ken Watanabe, Joseph Gordon-Levitt, Marion Cotillard, Ellen Page, Tom Hardy, Cillian Murphy, Tom Berenger, Michael Caine
País: Estados Unidos
Año: 2010
Duración: 148 minutos
Productora: Legendary Pictures, Syncopy Films
Distribución: Warner Bros.
Podemos encarar este film de dos formas. Una de ellas, tratando de explicar en forma sencilla qué nos quiso contar Christopher Nolan. Para esto debemos pensar, sin dudarlo, que cada escena y cada secuencia tiene una explicación en la historia, que está todo íntimamente relacionado, y que por lo tanto, va evolucionando irreductiblemente hacia el final. El arte de narrar es así, ya sea que empecemos desde el final hacia atrás, o desde el principio, la concatenación de los hechos nos va a conducir a un desenlace. Éste puede ser feliz o bien terminar con la muerte del héroe, pero no deja de ser el fin, el final de la historia.
Otra forma es pensar la historia no como una línea que nos va conduciendo, como el mito de Ariadne -así se llama una de los personajes femeninos de esta historia-, con un hilo que nos guía, con coherencia, a través de los hechos, nos va llevando cronológicamente, en un espacio definido y con personajes bien consolidados y afianzados; sino leerla de arriba hacia abajo, transitando capas, espacios superpuestos y tiempos simultáneos en apariencia.
Es cierto Borges habló algo de esto, pero más atrás, en el tiempo, en el origen de la narrativa, cuando los hombres empezaron a contarnos sus cosas, también hablaron sobre sus sueños, porque éstos no son nuevos, nacieron con ellos, y ellos se extrañaron o se sintieron sorprendidos ante esa nueva realidad, puesto que configuraron un mundo extraño, irreal, pero que dejaba distintas sensaciones, o producía sentimientos contradictorios y hasta temor. Por lo tanto muchos autores quisieron explicar este fenómeno onírico. Pero una cosa era hacerlo desde la poesía, y otra desde la ciencia. Desde lo cinematográfico me quedo con Alfred Hitchcock, y con su otra obra máxima “Vértigo”, ya que su obra maestra es “Psicosis”. Su guión está basado en la novela “Sueurs froides: d'entre les morts”, (Vértigo: de entre los muertos) escrita por los franceses Pierre Boileau y Thomas Narcejac.
“Inception”, cuya traducción literal es inicio, aborda desde la psicología profunda el tema de los sueños. El mismo realizador, Nolan, menciona, en una rápida entrevista, a Borges, y en realidad el film inserta ciertos aspectos conceptuales muy afines a nuestro poeta. Una rápida lectura de la película nos muestra la estética borgeana: los sueños, la memoria, el tiempo, los laberintos y los espejos. En realidad no sabemos si Nolan leyó realmente a Borges, sospechamos que no, aún así, echamos un vistazo a su filmografía y no vemos que su obra apunte a la indagación de los temas y tópicos medievales y renacentistas como los sueños y el tiempo desde el punto de vista metafísico. Más bien entendemos, porque las hemos visto, que es un artesano comprometido con las distribuidoras y las producciones del cine comercial norteamericano, como lo son muchos, aunque en algunos de sus films aborde el tema escatológico con la soltura y la versatilidad de las películas sobre esos tópicos entremezclados con el regreso de los muertos vivos, el pánico que ellos despierta y el horror de las imágenes. Género, éste último, que ha despertado algún interés en la crítica “seria” que lo ha vinculado a los desvaríos del mundo moderno, el incierto futuro, el recalentamiento global y la masacres en el Oriente Medio.
Esta es la filmografía de Christopher Nolan:
Origen (2010)
Director, Guionista, Producción
El caballero oscuro (2008)
Director, Guión basado, Producción
El truco final: El prestigio (2007)
Director
Batman Begins (2005)
Director, Guionista
Insomnio (2002)
Director
Memento (2000)
Director
¿Por qué abordamos esta película? En realidad por los elementos conceptuales y narrativos que utiliza, consciente o no, el director, y porque tienen una rica y profusa historia dentro de la historia del arte, la literatura, la poesía, la narrativa, el cine o el teatro. No podemos negar que Miguel de Cervantes Saavedra, autor de El Quijote, indagó en su héroe los niveles oníricos que lo llevaron a su locura, a penetrar distintas realidades e inclusive a discutir con Sancho sobre cómo incursionar por el mundo o su mundo según sus necesidades de orden ético-moral, su vocación justiciera o el arreglo de entuertos predestinados a ser resueltos sólo por él. O bien, William Shakespeare, cuando sus personajes sueñan lo que son, o lo que debieron ser, inmersos en las más recónditas entrañas del poder, y de los continuos y permanentes desafíos o intrigas.
Quizá el mayor reto de Nolan haya sido el guión. No hay duda que ha sido una labor compleja construir desde la imagen semejante thriller. Pero así y todo ha utilizado recursos bastante convencionales dentro de lo intrincado de los laberintos del relato. Independientemente de la utilización de los espejos, los personajes adolecen de pertenecer al trillado esquema hollywoodense, de sus héroes, sus malhechores, y sus fuerzas militares. Las historias entrelazadas, el desafío del protagonista, sus escasas contradicciones, lo hacen predecible, y el final, dejado abierto, lo separa de tan compleja trama, quedando todo en calma ya que logra su objetivo. Esto es así en este cine para la gran industria, siempre fue así y será así por los siglos de los siglos.
Para Andrei Tarkoski, aquél director ruso, ya fallecido, de “Solaris” y “Espejo” (Zerkalo), entre otras obras ricas y trascendentes, la problemática del sueño entra, se inserta, en su constante búsqueda conceptual y poética, para desentrañar los niveles temporales de la imagen, la construcción cinematográfica y el papel del hombre como único actor, su memoria y su conciencia. Ambas obras, y otras más, configuran claramente esa búsqueda, para muchos incomprensible, hermético, para otros sorprendentes, herederas de la grandiosa literatura tradicional rusa y de las problemáticas existenciales del cine universal.
Christopher Nolan, como todo artesano ciertamente minucioso, trabaja con los tres niveles oníricos que le plantea “Inception”, con todos los detalles posibles, y con los personajes que transitan el subconsciente de una manera, si no caótica, al menos con las dificultades propias de tal emprendimiento, donde se incorpora la escena violenta, la persecución y el desafío espacio-temporal como aditamento que se deberá vencer para llegar al objetivo propuesto. Todo un juego, aquél que lo vislumbre con claridad tendrá los códigos a mano y la facilidad de desentrañar el laberíntico esquema narrativo.
Si la historia de la filosofía, la literatura de los grandes creadores, o los pensadores que volcaron toda su mente en clarificar los desafíos que el cine les planteó, sobre cómo explicar el fenómeno cinematográfico, la imagen en movimiento, el montaje o la naturaleza del plano y el encuadre, o sea el lenguaje propio del cine, donde el tiempo es un elemento primordial en este contexto, así como los espacios son vitales para el desarrollo de cualquier historia, y aún hoy no han podido determinar en forma definitiva su naturaleza, y cada uno de ellos la ha interpretado de múltiples maneras, según sus concepciones y su situación en el mundo y la cultura, no podemos pretender que “El Origen” sea la última palabra. Y esto lo podemos ver cuando los malvados siguen siendo tan malvados como en el inicio del film, y el protagonista, con la ayuda de su acólitos, que recoge de la misma manera que en cualquier film de la década del 50 hasta hoy, de acuerdo con sus extraordinarias y fantásticas habilidades, se mueve en el film como aquél héroe bélico o del western clásico, salva los obstáculos que el enemigo le va poniendo en su camino mientras soluciona su pasado romántico, condimento indispensable en la saga de aventuras en Hollywood. Hasta aquí no ha cambiado mucho, salvo esa intrincada trama argumental donde mezcla Freud, Kafka, Joyce, Shakespeare, Miguel de Cervantes Saavedra, Lewis Carroll, Borges, y por que no Bioy Casares. El príncipe que sueña que es una mariposa, o ¿es una mariposa que sueña que es príncipe?, -de la compilación de cuentos fantásticos de Borges y Bioy Casares, cuento de una antigüedad varios años (300) a. d. C.-, sería la síntesis más escueta y austera del relato del film, pero si al príncipe le agregamos un padre inhumano, y a la mariposa la situamos en un nivel del inconsciente capaz de irrumpir con el único objeto de modificar una realidad que sólo los espejos borgeanos son capaces de reflejar, y … continuamos así indefinidamente, crearíamos una historia muy similar al thriller de Nolan. Sólo una cosa nos faltaría, la maquinaria industrial, el aparato de comercialización y las posibilidades de manejar la distribución a nuestro antojo para que se convierta en un éxito y millones de espectadores acudan, en masa, a verla.
Desde este punto de vista esto pareciera ser muy fácil, pero no lo es. Christopher Nolan es un excelente guionista, de los mejores en Hollywood, y para hacer estos guiones, con estos condimentos y estos recursos, aparte del aparato mencionado, se necesita oficio, una gimnasia que no la tiene cualquiera, un olfato muy sensible para abordar de la mejor manera el tema o la historia para que pueda ser consumida a gusto por el espectador medio norteamericano, para luego exportarlo por todo el mundo. Si el film incorpora tópicos borgeanos, o si recuerda “Stalker” de Tarkovski, o toma de Hitchcock el condimento freudiano de “Vértigo”, es algo secundario y no influye mucho en las relaciones del film con el público, que es lo que interesa, sólo que a nosotros, a mi en particular, me gusta, me encanta ir un poco más allá y tratar de bucear en los confines remotos de los sueños de ciertos realizadores, así vemos el cine, no sólo como mero entretenimiento. Creo que el arte cinematográfico se lo merece.
Héctor Correa
Punta Alta, diciembre de 2010
Una crítica excelente. Coincido con la versión borgiana de la historia,
ResponderEliminarcon las reminiscencias de Lewis Carrol. Me parece interesante destacar la
edición de esta película que es excepcional, como así también los efectos
digitales, puestos no como artilugios llamativos sino como elementos
propios de una obra de arte. Junto con Memento y El Caballero Nocturno es
una película que indaga en el lado obscuro del subconciente humano.
Destacaría que junto a "La isla siniestra" de M. Scorssese son dos de los
pocos mejores films que ha elaborado holiwood este año. Un saludo.
Comentario realizado por Gustavo Junciel
Gustavo:
ResponderEliminarMuy buena observación para estar atento a los efectos especiales, lo que hay que destacar ya que fueron elaborados y utilizados en función narrativa.
Un abrazo
Héctor
Me volví fanático de la película El Origen, creo que la vi más de 30 veces, ahora salió editada acá. Para los que quieran tenerla, se consigue en kioskos.
ResponderEliminarwww.avh.com.ar/elorigen