viernes, 26 de diciembre de 2008

NO a la violencia


Hoy iniciamos aquí quizá uno de los temas más apremiantes, más difíciles y sensibles que vive la sociedad, no precisamente por su actualidad o su recurrencia, sino por lo que refleja y representa en este mundo lleno de avances tecnológicos e innovaciones producidos por la tan aludida “globalización”. La degradación de una civilización, medida por el destierro de ciertos valores elementales, el incierto futuro que producen los avances de la falta de compromiso y el elogio de la inmediatez, como el hedonismo a ultranza, y una profunda incomunicación con el otro, todos factores coadyuvantes como determinantes de la violencia en todos los órdenes de la vida, nos produce esta imperiosa necesidad de ejercer nuestra tan relativizada racionalidad con el objeto de reflexionar sobre esta cuestión. No tenemos muchos instrumentos a nuestro alcance para luchar, pero volcaremos nuestro humilde y pequeño esfuerzo en contribuir con este instrumento, la red, para acercarles al menos cierta guía para aquel que quiera conocer un poco más sobre otras opiniones y puntos de vista, incluso desde otros lugares del mundo.

En el cine, fenómeno creativo de alto impacto artístico y emocional, suma “total”, como hemos dicho en otra ocasión, de todas las artes, autores de toda índole y extracción han tratado esta temática, con mucha o poca fortuna, algunos de ellos con altos objetivos y otros con pequeños o dudosos intereses, ha sido considerado y es todo un desafío que toca el aspecto de la creación –como elemento básico de la actividad artística-, y la cuestión ética y moral inherente al acto, que ha sido y es analizada constantemente por los grandes creadores, y que se resume en el objeto y el sentido de la obra.

La violencia hacia los niños, hacia la mujer, entre los hombres, grupos, tribus, países o lo que sea; la violencia psicológica o emocional, la violencia en el arte, en los medios de comunicación masiva; la violencia en la escuela, la que ejercen quienes se escudan en el poder, la violencia hacia los débiles, los discapacitados, los minusválidos; la violencia hacia los animales, hacia la naturaleza; la violencia invocada por cuestiones religiosas, entre disitintas etnias; la violencia laboral, por razones económicas, las guerras intestinas, o las grandes contiendas internacionales; e incluso aquellas que la inducen o la provocan indirectamente, etc., son sólo aspectos, formas que adquiere un solo y único tipo de violencia: la violencia del hombre hacia sí mismo.

En este espacio de nuestro blog trataremos de colocar links, sólo links a otras páginas o sitios, relacionados con esto que estamos diciendo. Pero también será motivo o dará pie a que algún lector opine, que nunca está demás, sobre este singular fenómeno que crece día a día.

Como dijimos más arriba, llamará a la reflexión, no sé, pero nos alertará y nos recordará que la práctica de la violencia, provenga de donde provenga, se dirija a quien se dirija, no es buena, ni nunca lo será.

Héctor Correa
Punta Alta, diciembre de 2008

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