miércoles, 20 de octubre de 2010

NO PUEDE SUCEDER NUNCA MÁS ÉSTO... O LA SOLIDARIDAD DEL CINE




Diego Rivera. La Conquista.
No puede suceder nunca más esto…

Palabras del líder al Presidente Chileno.
Integrante de los 33 mineros atrapados a 620 metros de profundidad.

La historia de la minería en América es ni más ni menos que la historia de la explotación de las etnias aborígenes y africanas por parte de las civilizaciones más desarrolladas de América y Europa, o sea es la historia de la explotación del hombre por el hombre en su más pura concepción, y aún permanece.

En su “Historia de la minería del oro en Chile” (noviembre, 2001), Augusto Millán U. dice que “La minería del oro en el siglo XVI fue la palanca fundamental de la conquista y una actividad indisolublemente ligada a todo lo que ocurrió en el ámbito político, social y económico, no solamente en Chile, sino también, aunque en menor medida, en el resto de América y en España.” Sobre este párrafo habría que abordar más a fondo el tema de las bases jurídicas que permitieron esto como “la encomienda”, y las dos polémicas leyendas acerca de la conquista española de América, la leyenda “blanca” y la leyenda “negra”, pero excede este pequeño análisis cinematográfico dedicado a algunas películas que han incursionado en el tema minero y sus consecuencias.

No existe una producción estética sin un trasfondo esencial de orden ético, consciente o inconsciente. Puede, desde el orden moral, ser sostenible, o justo, aceptable o no, estar en consonancia con lo convencional o ser transgresora de los establecido, pero no estar ausente, es imposible que no exista. En el cine sucede esto, lo venimos sosteniendo desde hace mucho y lo seguimos afirmando.

La cuestión es que James Cameron, cuando hizo “Avatar”, creó una historia minera y esbozó la posibilidad de que, agotados los recursos de su propio planeta, salieran en busca de los recursos de otro situado a 4.4 años luz de la Tierra, en un sistema estelar llamado Alpha Centauri, en un planeta inmenso de ese sistema en estado gaseoso y en una de sus lunas llamada Pandora. Se trataba de un metal llamado Unobtainium, muy raro y muy caro, y que no explica muy bien sus utilidad, pero capaz de movilizar un ejército de ocupación con un armamento terrible por su poder destructivo y su precisión sobre la población nativa. Lo que no se sabe es si estaba advirtiendo sobre la inevitable destrucción de la luna Pandora o preanunciaba el futuro de la humanidad, o bien presagiaba el rol de EE.UU en el futuro no muy lejano y las consecuencias sobre el resto de los mundos habitados del Universo. Esta película fue interesante, además, por otras razones, despertó inquietudes y voces de alerta en otros confines de nuestro mudo.

Según la Agencia de noticias ANSA:

“Una tribu pequeña de la India logró derrotar a una multinacional minera de gran poder, que quería destruir su “montaña sagrada” para arrancar sus riquezas escondidas, emulando la ficción de la película “Avatar”.
El ministerio del Ambiente indio rechazó el proyecto del grupo Vedanta de extraer bauxita en un distrito oriental de Orissa, donde viven algunas comunidades originarias. Para la tribu de los Dongria, la colina de Niyam Dongar es el hogar de su dios Niyam Raja. Para Vedanta, es un depósito de bauxita de más de mil millones de dólares.

Violación de derechos fundamentales

Los expertos justificaron el rechazo porque la explotación viola una ley sobre las selvas y los derechos humanos de las poblaciones indígenas. Según el informe la minera a cielo abierto daña el ambiente y compromete la supervivencia de las comunidades locales. De nada sirvió el poderoso “lobby” de Vedanta, un grupo que factura 7.900 millones de dólares al año, que tiene su base en Londres y que pertenece al millonario indio Anil Agarwal.
A la espera de la autorización oficial hay otro proyecto para construir una planta productora de acero, también resistido por la población local. Según Survival Internacional, los Dongria Kondh con unas 8.000 personas y forman una de las tribus indias más aisladas. Viven en las pendientes de las colinas Niyamgiri, cultivan las laderas de las colinas, plantan sus cosechas en el bosque y recolectan frutas y hojas para vender.” 
Acerca de esta información no creemos que el film de Cameron haya sido un disparador tan poderoso, ni un formador de conciencias ambientalistas tan radicalizadas, sólo lo mencionamos como curiosidad y la trascendencia comercial del film.


En "Moon", se cuenta que en la Base Minera Sarang de la empresa Lunar Industries Ltd., el protagonista trabaja en la cara oculta de la Luna. Su misión es controlar o monitorear las tres excavadoras-cosechadoras a su cargo, diseñadas para extraer de las rocas el valioso isótopo Helio-3, indispensable para alimentar los reactores de fusión aquí en la Tierra. Sólo le restan unas pocas semanas para retornar, pero pronto empezará a entrar en conflicto con su entorno y con la nave a partir de extrañas visiones. El film lo hizo Duncan Jones, su ópera prima, en 2009 en el Reino Unido. Aquí la explotación irracional y deshumanizada de nada menos que los recursos de la Luna encierra por un lado la extracción y la expoliación de la Luna, y por el otro la consciencia del personaje que le imprime un estado de confusión metafísica y psicológica cuando descubre que la realidad que ha vivido hasta ese momento no es ni halagüeña ni maravillosa como aparentemente pretendía ser, sino todo lo contrario, entraña una ignominiosa, innoble e infame actitud frente a la integridad y el compromiso ante el futuro de la humanidad. No deja de ser un minero atrapado del otro lado de la Luna.

Desde el punto de vista de los contenidos ambas películas constituyen denuncias sobre los peligros, por el uso irracional de la minería, que amenaza el futuro de la Tierra y del propio hombre en la medida en que deshumaniza y esclaviza. Desde la estética cinematográfica, hay que sentirse a gusto con la animación digitalizada y el sistema 3D, o bien aceptar que uno puede tomar de otras obras, consideradas obras maestras, elementos narrativos, tópicos y recursos estilísticos propios e inherentes a la calidad artística de las mismas. “Moon” no deja de ser una extraña remake de 2001 y de Solaris, creemos, y la animación digitalizada y la tecnología 3D son una simpática forma de presentar la deshumanización y la esclavitud.


HAL 9000, la computadora de 2001: A Space Odyssey de Stanley Kubrick, la ambientación, la escenografía, el uso de la luz, los personajes y su psicología, llena de elementos abstrusos y difíciles, y Solaris del ruso Andréi Takovski, con sus tremendas cuestiones sobre la temporalidad y el no espacio, o la inespacialidad de la consciencia humana, se destacan por ser los antecedentes irrepetibles de la estética metafísica en el cine, incluso relacionada sin duda con el sentido de territorialidad y protección del lugar donde el hombre habita.

Cuando inicia Stanley Kubrick su película “Espartaco”, muestra cómo los esclavos del Imperio Romano trabajan en la actividad minera, o sea pican piedras o yeso, encadenados, y brutalmente tratados y apaleados. Espartaco, vivió alrededor del año 113 a.C. Encabezó la revuelta de esclavos más importante de la humanidad y murió crucificado en las puertas de Roma, según algunos historiadores y la versión de Kubrick. O sea que la actividad minera era una tarea de esclavos, la vida, por lo tanto no valía nada.

“Tierra Sublevada: Oro Impuro”, de Fernando Pino Solanas



Este film de Solanas merece una mención especial, ya que por un lado es un realizador argentino con una filmografía copiosa e importante desde su “La hora de los hornos”, y por el otro ha dedicado buena parte de esa filmografía en abordar las tremendas deformaciones económico-sociales que se han producido a través de nuestra historia donde se comprometieron, se regalaron o malvendieron buena parte de nuestros recursos y derechos soberanos sobre ellos.

Ficha técnica:

Realización: Fernando E. Solanas
Guión: Fernando E. Solanas
Producción: Cinesur S.A. (Argentina)
Coproductor: Amazonia Films. (Venezuela)
Productores delegados y ejecutivos: Fernando E. Solanas (Cinesur)
Alejandro Medina (Villa del Cine)
Productor Asociado: Pablo Rovito
Música: Mauro Lazzaro
Imagen y cámara: Rino Pravato, Mauricio Minotti, A. Fernández Mouján, F. Solanas
Montaje: Alberto Ponce, Fernando Solanas
Sonido: Gonzalo Guerra, Marcos Dickinson
Diseño de Sonido: José Luis Díaz
Asistencia: Pablo Olsson, Patricio Schwanek, Flexa Correa Lopes
Administración: Elida Romero
Fecha de Rodaje: 2008/2009
Terminación: Agosto 2009
Laboratorio On line: La Sociedad Post
Laboratorio sonido: FX Design ; Tauro Digital
Laboratorio imagen: Laboratorios JJ. Stagnaro
Duración: 92 Minutos
Paso: H.D. original y negativo 35 mm. Color
Rodaje: 7 semanas en Argentina (Tucumán, Salta, La Rioja, Catamarca, San Juan, Santa Fe, Bs Aires)

“Tierra sublevada: oro impuro”, forma parte del fresco de películas sobre la Argentina que el documentalista, Fernando Pino Solanas, comenzó en el 2002, donde se incluye “La dignidad de los nadies”, “Menoría del saqueo” y “La ultima estación”. Este nuevo capitulo, que es la primera parte de dos, está dedicado a los bienes de la tierra, o una parte de ellos, como son los minerales.

El documental -al igual que su próxima producción, “Oro Negro”- trata sobre “la reacción de las poblaciones frente a la creciente contaminación que provocan las grandes mineras y petroleras”, como ya el cineasta adelantara recientemente al hablar del proyecto.

“CARTA A LOS ESPECTADORES:

Después de “Memoria del Saqueo”, “La Dignidad de los Nadies”, “Argentina Latente” y “La Próxima Estación”, el fresco sobre la Argentina contemporánea se completa con Tierra Sublevada, una obra en dos partes independientes entre sí: Oro Impuro y Oro Negro, sobre la depredación y saqueo de los recursos minerales -metales e hidrocarburos- y las luchas contra la creciente contaminación. En los años 90 las políticas neoliberales entregaron el petróleo y la minería a las corporaciones. Usando sustancias tóxicas y métodos extractivos depredadores, contaminaron las napas de agua y el medio ambiente. La tierra reaccionó frente al maltrato: los cortes de ruta y las asambleas de los ambientalistas hicieron nacer una nueva conciencia por la salvaguarda de la vida y la recuperación de los recursos minerales.

Oro Impuro es un viaje alrededor de algunas de las explotaciones a cielo abierto con cianuro que las corporaciones han instalado en el noroeste argentino –San Juan, La Rioja, Catamarca, Tucumán Salta - y la reacción de las poblaciones aledañas frente a la contaminación. Se trata de una obra coral contada por sus protagonistas: ingenieros, maestros, chacareros, indígenas, vecinos, ambientalistas, que hacen contundentes denuncias sobre el despojo y cuentan conmovedoras historias de resistencia a la depredación de las mineras. Estimulados por la lucha de los asambleístas de Gualeguaychú contra la instalación de la fábrica de papel Botnia, en el río Uruguay, el movimiento ambientalista logró que en siete provincias –Chubut, Río Negro, La Pampa, Mendoza, San Luis, Córdoba, Tucumán- se prohíba la minería a cielo abierto con sustancias tóxicas.

“Oro Impuro” se compone de una introducción, diez capítulos y un epílogo. El prólogo recuerda la conquista colonial y la reforma de la legislación minera en los años 90. Los capítulos son: 1- La megaminería; 2- Viaje a Minera Alumbrera; 3- Lo que se llevan; 4- Lo que nos dejan; 5- La vida pobre; 6- Sobornos y resistencias; 7- Complicidad y justicia; 8- El poder de Barrick Gold; 9- El agua vale más que el oro; 10- Asambleas Ciudadanas; Epílogo abierto.”

Esta carta y la ficha técnica fueron extraídos del sitio oficial de la película y nos pareció importante reproducir textualmente por ser una buena síntesis, además de muy clara.

Héctor Correa
Punta Alta, octubre 2010

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