miércoles, 17 de julio de 2013

STAGECOACH (LA DILIGENCIA). LOS ORÍGENES DE LA ÉPICA HOLLYWOODENSE





"STAGECOACH" (LA DILIGENCIA), DEL DIRECTOR JOHN FORD, ES LA PRIMERA PELÍCULA QUE SE PROYECTARÁ EN EL CICLO "LOS GÉNEROS EN EL CINE: EL WESTERN”  QUE ESTÁ ORGANIZANDO EL CINE CLUB “DOS MIRADAS” EN LA BIBLIOTECA JUAN B. ALBERDI Y EL AUSPICIO DE SEGUROS RIVADAVIA. JUNTO CON LA DILIGENCIA (JOHN FORD, 1939),  HIGH NOON -A LA HORA SEÑALADA- FRED ZINNEMANN (1952), TEMPLE DE ACERO (HENRY HATHAWAY, 1969), Y SU REMAKE DE LOS HERMANOS COEN (2010), CONSTITUYEN MAGNÍFICOS EJEMPLOS DE OBRAS DE ESTE PRIMORDIAL GÉNERO.

Se proyectará en la Biblioteca Alberdi el sábado 20 DE JULIO a las 18 hs.


Stagecoach (La diligencia)

Ficha técnica:
Título original: Stagecoach (La diligencia)
Año: 1939
Duración: 99 min.
País: Estados Unidos
Director: John Ford
Guion: Dudley Nichols (Historia: Ernest Haycox)
Música: Varios (canciones populares americanas siglo XIX)
Fotografía: Bert Glennon (B&W)
Reparto: John Wayne, Claire Trevor, Thomas Mitchell, Andy Devine, George Bancroft, Donald Meek, Louise Platt, John Carradine, Berton Churchill, Tom Tyler, Tim Holt
Productora: United Artists
Género: Western
1939: 2 Oscars: Mejor Actor de Reparto (Thomas Mitchell). 7 nominaciones
1939: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor director

http://cineclubdosmiradas.blogspot.com.ar/2013/07/stagecoach-la-diligencia-un-western.html




El western se inscribe en la máxima categoría de los géneros cinematográficos generados por la cultura norteamericana. A la vez que se lo considera uno de los más “inverosímiles” en términos estéticos. John Ford nos entrega veloces caballos, proezas en las acciones de extraordinarios actores, paisajes demasiado bellos, una diligencia que hasta para algunos críticos no podía existir en esos tiempos, pero historias llenas de contenidos que aluden a personajes cuya condición existencial es puesta en un estado de duda o bien transitan el cuasi religioso camino hacia el “destino manifiesto” en la que se asienta o se asentó la cultura de EE.UU. “La diligencia” en manos de John Ford es una obra casi mística sino fuera por sus rasgos épicos que sobrevaloró para alegría y felicidad del pueblo norteamericano, y por qué no del mundo occidental. Considerada una obra maestra dentro del género, y fuera también, Ford, junto con Orson Welles, Stanley Kubrick y algunos pocos más, está considerado un prodigio que como Chaplin, o Hitchcock, trascienden sus obras y su origen para ser, exagerando un poco, como dijo Bertolucci, casi un Homero del cine o del séptimo arte. Su concepción trágica de sus historias -más en el western-, sus personajes a contramano de las convenciones y las pautas morales de esa época, lo ubican como un precursor y un realizador muy especial. Esa diligencia es un símbolo, una metáfora, y se concentran sobre ella el origen, la épica y el destino de millones de norteamericanos.



Distintos personajes, de variada condición moral, social y cultural, y estamos hablando del lejano oeste, durante la conquista y colonización, como ser un delincuente resentido y ávido de venganza, una típica mujer de los burdeles del western expulsada por las autoridades civiles y eclesiásticas del pueblo, un incondicional y peligroso jugador de póker, la esposa embarazada de un miembro del glorioso ejército, un médico bebedor, y un sheriff, deberán contener la embestida de un malón de una tribu apache, en un contexto donde las relaciones interpersonales, con los matices propios de individuos conflictivos y de dudosa integridad ética y moral, es el escenario, aislado y abandonado a su propia su suerte de esa lucha titánica frente a la adversidad.
Como en algún momento dijo Borges, “el western es la última forma de la épica”, por supuesto refiriéndose y comparándolo a los héroes mitológicos de la épica griega y de la literatura posterior.
“Todo esto, por supuesto, cubierto o protegido por un tinte religioso que nos remite a las posturas más ortodoxas y fundamentalistas de las creencias musulmanas que tanto critica y denosta el “American Self-Made Men” invocando el “American Dream”, la libertad y la justicia del mundo occidental. La moral super burguesa, las posturas liberales, la hipocresía en las relaciones matrimoniales, “el destino manifiesto”, la religiosidad dominguera, la maquinaria o el complejo bélico-industrial, y los códigos de conducta y prohibiciones a todo aquello que signifique romper con esa moralina, son y fueron los resortes a los cuales se apeló para la imposición y el dominio de sus valores y creencias, asentadas en un manejo bíblico del destino, una “temible” esperanza en la realización de un país joven y poderoso junto con la destrucción de todo aquello que encarne la inminente llegada del Apocalipsis. Eso ha sido y seguirá siendo el genio y la inteligencia de un cine que si bien invoca los ideales perdidos, o la pérdida de las ilusiones, no es ni más ni menos que la lucha inclaudicable por la defensa irrestricta de un estilo de vida y la conservación de sus bienes por sobre todas las cosas.” (Cine en Punta)

Héctor Correa
Punta Alta, julio de 2013



miércoles, 3 de julio de 2013

MONSIEUR LAZHAR. Una pequeña obra maestra

 
 
 
 
 
 
 
"MONSIEUR LAZHAR", DEL DIRECTOR Y ESCRITOR PHILIPPE FALARDEAU, ES OTRA PELÍCULA QUE SE PROYECTARÁ EN EL CICLO "EL TEATRO Y EL CINE”  QUE ESTÁ ORGANIZANDO EL CINE CLUB “DOS MIRADAS” EN LA BIBLIOTECA JUAN B. ALBERDI Y EL AUSPICIO DE SEGUROS RIVADAVIA. JUNTO CON CARNAGE (ROMAN POLANSKI) Y LE PRÉNOM (ALEXANDRE DE LA PATELLIÈRE Y MATTHIEU DELAPORTE), AMBAS YA PROYECTADAS, CONSTITUYEN MAGNÍFICOS EJEMPLOS DE ADAPTACIONES DE OBRAS DE TEATRO AL CINE.
 
Se proyectará en la Biblioteca Alberdi el sábado 06 de julio a las 18 hs.
 
 
 
 
 
“A todos los maestros, a todos los alumnos, y a todos los demás.

Si tuviera cierta maestría en lo que fuera, sería maestra, de música, por ejemplo, o de escuela, o de otra cosa.

Entonces me dedicaría hasta dejarme la voz, porque tendría tantas cosas para enseñar antes de que fuera la hora, hablaría de prisa por miedo de aburrir a los alumnos, intentaría hacer broma, porque me perdonaran por obligarlos a estar sentados.

A veces temblaría ante la idea de tanta responsabilidad, ante la simple idea de poder destrozar para siempre una gran historia de amor entre un niño y el aprendizaje, por poco que me mostrara impaciente, irritable o indiferente. Si, a pesar de todo, una mañana que estuviera cansada, debiera cerrar los ojos ante una herida abierta, si tuviera que romper un sueño o una ambición con mi simple palabra de maestra, no lo superaría.

Otras veces no me vería con corazón ante la enormidad de la tarea, tendría ganas de poner la cabeza sobre la mesa y confesar a los alumnos que no domino nada y mucho menos la situación, y ellos mirarían mi triste espectáculo, con pena e impotencia. Prefiero decirle que sin duda sería una muy ma“A todos los maestros, a todos los alumnos, y a todos los demás.
Si tuviera cierta maestría en lo que fuera, sería maestra, de música, por ejemplo, o de escuela, o de otra cosa.

Entonces me dedicaría hasta dejarme la voz, porque tendría tantas cosas para enseñar antes de que fuera la hora, hablaría de prisa por miedo de aburrir a los alumnos, intentaría hacer broma, porque me perdonaran por obligarlos a estar sentados.

A veces temblaría ante la idea de tanta responsabilidad, ante la simple idea de poder destrozar para siempre una gran historia de amor entre un niño y el aprendizaje, por poco que me mostrara impaciente, irritable o indiferente. Si, a pesar de todo, una mañana que estuviera cansada, debiera cerrar los ojos ante una herida abierta, si tuviera que romper un sueño o una ambición con mi simple palabra de maestra, no lo superaría.

Otras veces no me vería con corazón ante la enormidad de la tarea, tendría ganas de poner la cabeza sobre la mesa y confesar a los alumnos que no domino nada y mucho menos la situación, y ellos mirarían mi triste espectáculo, con pena e impotencia. Prefiero decirle que sin duda sería una muy la maestra, y esta es una de las razones que me han llevado a escribir este tipo de homenaje.
Con toda mi admiración,”

Evelyne de la Chenelière
(Montreal, Quebec, 1975)
 
Evelyne de la Chenelière es autora y actriz. Ha escrito numerosas piezas teatrales que han sido montadas tanto en Quebec como en el extranjero y traducidas a varias lenguas. Sus textos (Desde Fraiser en janvier, Au bout du hilo, Henri & Margaux, Afrodita en 04, la Heritage de Darwin, Bashir Lazhar o Le plan américain, entre otros) muestran que su creación es una meticulosa observación de la naturaleza humana. En 2006 recibió el Prix littéraire du Gouverneur général por la recopilación titulado Désordre público. Evelyne de la Chenelière surgió del Nouveau Théâtre Expérimental, donde colaboró a menudo con el malogrado Jean-Pierre Ronfard. Trabaja regularmente con Daniel Brière.
 

Ficha técnica:
Título: Profesor Lazhar
Dirección: Philippe Falardeau
Producción: Luc Déry, Kim McCraw
 
Guion: Philippe Falardeau
Basada en: “Bachir Lazhar” de Évelyne de la Chenelière
Música: Martin Léon
Fotografía: Ronald Plante
Montaje: Stéphane Lafleur
Protagonistas: Mohamed Fellag, Sophie Nélisse, Émilien Néron, Danielle Proulx, Brigitte Poupart, Jules Philip
Datos y cifras
País: Canadá
Año: 2011
Duración: 94 min.
Idioma: francés
Productora: Micro_Scope

Premios Oscar 2011: candidata a mejor película extrajera
Otros premios
Festival de Locarno 2011 : premio del público y premio de la crítica otorgado por los periodistas de Variety
Festival de Toronto 2011 : mejor película canadiense
Festival Internacional del Cine Francófono de Namur 2011: premio Especial del Jurado y premio del Público
Festival de Cine Internacional en Abitibi-Témiscamingue 2011: gran premio Hydro-Québec y premio Comunicación y Sociedad
Festival de Cine Francófono en Acadia 2011: La vague de coup de cœur
Semana Internacional de Cine de Valladolid 2011: Mejor guion, Premio de la Crítica Internacional y Mención especial Diversidad Cultural
 
 
“Monsieur Lazhar” es una adaptación, realizada por Philippe Falardeau, de la obra de teatro escrita por Evelyne de la Chenelière, una autora canadiense nacida en 1975, titulada “Bashir Lazhar”, nombre del profesor argelino que de pronto irrumpe en la escuela para ocupar el cargo de un docente muerto unos días antes.

Según el jurado del Festival de Cine de Toronto, es "una película que explora la pérdida, el exilio y las verdades que no decimos a nuestros hijos."

Los alumnos del 6º grado aún se encuentran procesando la desaparición de su maestro cuando Bashir, presunto profesor, con métodos propios, asume el duelo tratando de lograr apaciguar el dolor que paraliza a las autoridades y a los chicos. Pero, a su vez, su propio dolor, ya que se encuentra tramitando su calidad de refugiado, emerge de entre ese contexto emocional tan complejo, para encontrar la forma o el modo de encarar semejantes problemáticas.

Tanto la obra de teatro como el film irradian dulzura y comprensión. El profesor realiza un trabajo de profunda elaboración emocional ya que es su propia experiencia la que le va dictando el camino de la transformación hacia los verdaderos vínculos que le permiten sobrellevar su difícil relación con los alumnos y las autoridades de la escuela. Especialmente con los chicos ya que se asienta en la concepción de que la escuela se constituye en un segundo hogar, y la muerte o la desaparición de un docente, aparentemente muy querido, puede resultar una situación de dificultosa resolución como el fallecimiento de un ser querido. En ese sentido Bashir, solo y desprotegido en un país extraño, Quebec, Canadá, debe afrontar un doble desafío y pone a prueba su integridad y su firme resolución frente a tanta adversidad.

Cabe resaltar que la pieza teatral fue concebida para un monólogo, pero el realizador demuestra manejarse con suma soltura y delicadeza con su cámara en ese contexto tan incierto y dudoso como es el aula de pequeños actores tan propicios para la demagogia o el facilismo del “carpe diem” con que otras producciones mostraron en otros ámbitos del cine occidental la relación entre maestro y alumno.
 
El Cine Club “Dos Miradas”, de la Biblioteca Alberdi, exhibirá este film el día 06 de julio a las 18 hs. La entrada es gratuita.
 
Para más datos ver el siguiente link en este mismo blog:
 
 
Héctor O. Correa
Punta Alta, julio de 2013