martes, 8 de noviembre de 2011

EL ÁRBOL DE LA VIDA. LA GRACIA Y LA NATURALEZA



Película: El árbol de la vida.
Título original: The tree of life.
Dirección y guion: Terrence Malick.
País: USA.
Año: 2011.
Interpretación: Brad Pitt (Sr. O’Brien), Sean Penn (Jack), Jessica Chastain (Sra. O’Brien), Fiona Shaw (abuela), Irene Bedard (mensajera), Hunter McCracken (Jack joven), Laramie Eppler (R.L.), Tye Sheridan (Steve).
Producción: Dede Gardner, Sarah Green, Grant Hill, Brad Pitt y William Pohlad. Música: Alexandre Desplat.
Fotografía: Emmanuel Lubezki.
Montaje: Mark Yoshikawa.
Diseño de producción: Jack Fisk.
Vestuario: Jacqueline West.
Distribuidora: Tripictures.
Ganadora de la Palma de Oro en Cannes 2011 y del Gran Premio de la FIPRESCI 2011.


Filmografía:
Lanton Mills (1969)
Malas Tierras (Badlands) (1973)
Días del Cielo (Days of Heaven) (1978)
La Delgada Línea Roja (The Thin Red Line) (1998)
El Nuevo Mundo (The New World) (2005)
El Árbol de la Vida (The Tree Of Life) (2011)





¿Dónde estabas cuando cimenté la tierra?
Cuando cantaban las estrellas del alba y los
hijos de Dios se regocijaban.
Job 38:4,7

Terrence Frederick Malick nació el 30 de noviembre de 1943 en Waco, Texas, EE.UU., o sea que tiene 67 años y filmó sólo unas pocas películas, 6 en total. En Estados Unidos esto constituye algo insólito, en nuestro país un realizador saltaría de alegría.
Dos extraordinarias obras preceden a ésta de Malick, una es “2001 Una odisea del espacio”de 1968, y la rusa “Solaris” de 1972. Ambas indagan los misterios de la vida, el origen del universo y la infinitud. Ambas se plantean hacia dónde se dirige el hombre y la conciencia de su lugar en el universo.

La gracia, uno de los conceptos teológicos más polémicos del cristianismo, para este autor, es una opción de vida, frente a la implacable naturaleza, la otra alternativa, lo que implica llegar o no a las puertas del más allá. Las etapas del desarrollo del hombre, el nacimiento, la iniciación, la pérdida de la inocencia, la representación del amor, la misericordia en la madre y el autoritarismo y la afirmación de la lealtad en el padre, se van desarrollando en imágenes mientras las dudas sobre la existencia y el paso sobre la tierra se mezclan con la deshumanización de la gran ciudad en contraste con la voluptuosidad de una naturaleza que en algún momento nos llama y exige nuestra contraparte.




Es la adultez de Jack, sus cuestiones y preguntas, su confusión frente a los misterios, los desafíos y la crudeza que le insume una religiosidad a la que debe enfrentar y asimilar, en una sociedad, como la norteamericana, imbuida de creencias y destinos prefijados incuestionables.

La estructura narrativa del film se asienta, como en casi todas las obras de Malick, en una pequeña historia, en este caso, una típica familia de Texas, un padre autoritario, veterano de guerra, una madre iluminada por una misericordiosa religiosidad, Gato, el hijo que sufre y va perdiendo su inocencia, y dos hermanos más. Pronto la muerte despierta e irrumpe la relativa tranquilidad de la familia. ¿Cómo, desde el punto de vista del cristianismo, Jack ve esos acontecimientos. Por un lado, las relaciones familiares, impregnadas de rigidez y violencia, por el otro la muerte que impacta en el seno familiar disparando interrogantes y múltiples dudas.




El lenguaje cinematográfico es rico y complejo. Puede someter cualquier realidad, trasladar lo literario a imágenes y llenar de poesía el fotograma, una escena y cada secuencia de un film. Ahora, adentrarse en lo religioso, lo metafísico y la especulación teológica insume un esfuerzo inconmensurable de elaboración estética y técnica. Malick ha recurrido en este film a la conciencia mítica, a las, a veces, distorsionadas relaciones familiares llenas de destino manifiesto y belicismo, a las bíblicas imágenes de un neoplatonismo exacerbado, y ha tenido que, como Kubrick, remontarse a los albores del hombre y nuestro planeta, de los seres vivos, hasta las fantasmagóricas figuras donde Jack vuelve a ver a sus seres queridos.

Esta geografía místico-geológica sobre el origen de la vida que crea Malick es la consecuencia natural de llevar los conflictos del microcosmos humano a dimensiones de orden religioso, como una forma de desarrollar cinematográficamente los pensamientos de  Jack que no puede dejar de evocar en sus dudas y pensamientos sobre la soledad y la lucha individual frente a semejante historia, nada menos que la iniciación y el desarrollo universal de la vida.

La gracia y la naturaleza dividen las aguas frente a la actitud del hombre ante su mundo, la primera libera y deja librada a la conciencia individual los destinos de la tierra, la segunda es inexorable, no puede ser controlada por el ser humano, se manifiesta de muchas maneras, la muerte es una de ellas. Gato, deja de ser niño cuando ve que todo se torna sombrío frente a la enfermedad y la muerte.

El árbol extiende sus ramas, va creciendo y llega a su madurez cuando el perdón ilumina la vida de Jack y mira a su padre ya con otra mirada de comprensión y esperanza. Los vínculos madre-hijo o padre-hijo ayudan a explorar la evolución de la vida en el planeta, según Malick. Todo está estrechamente enlazado. La armonía vital se repite y los períodos geológicos, junto con la vida que en ellos se desarrolla, son una cabal expresión que el hombre reproduce a escala microscópica.




Jack camina y transita mientras va entendiendo que su paso por el mundo debe contener una nueva conciencia. El panteísmo filosófico del director va dirigiendo las imágenes mientras la voz de Jack pregunta, duda, como Job, castigado eternamente en forma incomprensible, sufriente, haciéndose cargo de los errores del hombre, de la soledad que emana de la arquitectura deshumanizada por la que transita Jack, de los desastres de la naturaleza, de la agresividad hacia la vida, en fin, de los males del mundo. ¿Dónde estabas?  es la pregunta, mientras todos se regocijaban ante el mundo.

Al fin y al cabo el padre y la madre no son más que reflejos de esa partición. La naturaleza es autoritaria, insumisa, tiene reglas inflexibles y cumple el mandato que la gracia no tiene, la bondad de ésta es infinita, y puede ser agraviada, agredida y maltratada. Es el lado religioso del discurso panteísta de Malick. Utiliza la cita bíblica para tratar de explicar como la parábola la evolución de la vida y el planeta. Su obra, “El árbol de la vida”, como su título lo indica no es más que una extensa parábola extraída de uno de los libros más explorados e investigados del universo: La Biblia.

Héctor Correa
Punta Alta, noviembre de 2011


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